Santa María abrió ayer, de par en par, todas sus puertas para acoger el último acto de despedida de Antonio Huertado de Mendoza, rector de la basílica y arcipreste de la Vicaría III de la Diócesis de Orihuela-Alicante, y de Iván Juan Santo Mollá, vicario parroquial del templo ilicitano.
Durante esta solemne y afectuosa ceremonia, los muros y las puertas que hasta anoche albergaban su morada se llenaron con la presencia y el fervor de un pueblo que agradeció así el esfuerzo y la devoción con la que han servido durante décadas.
De esta forma, fieles de todas las edades y condiciones, acompañados por conocidos y familiares, honraron a estos sacerdotes en una despedida que coincidió con el final de las Salves a la Virgen de la Asunción.
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